Masajes a Mil fue el primer local en proponer relajantes siestas que permitieran a los ejecutivos disfrutar de un momento de descanso antes de afrontar la última recta del día en mejores condiciones. El Relajarium Club Natural amplió esta imaginativa oferta con un menú de productos naturales, un masaje shiatsu y una siesta de 30 minutos que, a buen seguro, a más de uno se les quedaba corta.
El hotel Amura Alcobendas recoge ahora el testigo y propone también un menú en su restaurante y una relajante siesta en alguna de sus habitaciones. Y hay para elegir: 153 alcobas, ocho de las cuales son suites con todas las comodidades incluidas. Para los que no pueden conciliar el sueño, el hotel también dispone de conexión gratuita a Internet a través de fibra óptica, lo que posibilita bajar el correo o leer las últimas noticias del día es un entorno menos ruidoso que las habituales oficinas.
Este tipo de iniciativas deja claro que la necesidad agudiza el ingenio y los dueños de esta prestigiosa cadena de hoteles parecen haber dado con la fórmula para aumentar el número de reservas y ocupar durante el día aquellas habitaciones que permanecen vacías.