Mercado Actual ha emitido un listado con ocho síntomas que pueden alertar a una empresa de comercio elctrónico sobre la necesidad de cambiar su estrategia online.
Según Rafael Torres, Director general de Mercado Actual, “Internet es un universo transparente que se comunica con quienes actúan en él. En pocos entornos el comportamiento del consumidor está tan medido como en Red. De su forma de actuar (o de no actuar) en relación a nuestra página web podremos sacar interesantes conclusiones que nos ayudaran a modificar el rumbo de nuestra estrategia en un sentido o en otro en el caso de que nuestros resultados no estén siendo los esperados”.
Ocho síntomas de que debemos cambiar nuestra estrategia online:
Muchas visitas / Pocas ventas. Todos están de acuerdo en la dificultad de abrir esa primera puerta de acceso a nuestro negocio. El ratio de conversión a ventas de todas esas visitas es inferior a lo normal, es señal de que debemos redoblar nuestros esfuerzos en hacer nuestra página amigable y nuestro producto atractivo.
Pocas visitas / Muchas Ventas. Puede suceder lo contario. Nuestro índice de conversión es razonablemente alto, lo que indica que estamos haciendo un buen trabajo con nuestra página y con nuestro producto. El problema es que esos buenos porcentajes no lucen en cifras netas porque el número de visitas es pequeño.
Los clientes no repiten. El cliente de comercio electrónico es fiel por naturaleza. Si observamos que el porcentaje de nuestros clientes registrados que repite compra antes de los seis meses es bajo, deberemos encender la señal de alarma.
Poco tiempo en la página.
No pasan de la Home. Podría tratarse una cuestión del tiempo que tardan en cargarse las páginas. Cuando el usuario pincha en un botón, si la página tarda una eternidad de cargar termina por agitar su paciencia y aborta la navegación.
Llega hasta el producto pero no pasa de ahí. Si el número de “investigadores” es demasiado alto, puede ocultar un problema de precio. A los usuarios les gusta el modo en que nuestra web presenta la información, pero no tanto nuestros precios, y por eso, la compra la formaliza en otro sitio.
No culmina el proceso de compra. SI esta situación sucede de manera recurrente puede obedecer a un problema de excesivos pasos para realizar la compra. Cuantos menos “clics” sean necesarios para que un cliente complete su operación, menos posibilidades habrá de que “se lo piense mejor” por el camino y desista.
No hay feedback. La ausencia de opiniones favorables es un inconveniente en sí, pero la ausencia de críticas negativas también puede convertirse en un problema, ya que no sabremos en qué aspectos debemos mejorar.