Análogamente a lo que sucede en el caso del formato de fuente, Word también nos permite especificar las distintas características que queremos aplicar a cada párrafo. Entre éstas podemos citar el tipo de justificación (alineado a la izquierda, alineado a la derecha, centrado o justificado), el nivel de esquema que queremos considerar, el interlineado dentro del párrafo, el espacio anterior o posterior con otros párrafos, o la sangría (es decir, el posible endentado de la primera línea).
Aquí también disponemos de una pequeña ventana de vista previa, así como de la posibilidad de definir el comportamiento al principio y final de cada página (es decir, el control de líneas viudas y huérfanas),de modo que para evitar que una línea quede «aislada» en dichas posiciones, Word ajustará la cantidad de líneas del resto del párrafo, con el fin de distribuirlos entre dos páginas.