El teletrabajo gana adeptos en España, pero todavía de forma demasiado discreta, y lejos de la tendencia europea. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), sólo el 27% de las compañías españolas cuenta con colaboradores que trabajan regularmente (media jornada semanal, como mínimo) fuera del lugar de trabajo. Un dato que refleja un aumento relativo respecto a años anteriores, pero a la vez la escasa convicción de las organizaciones en España a la hora de fomentar políticas de teletrabajo. También se sitúa lejos de la media a nivel europeo, donde el 35% de las compañías tienen implantado el trabajo fuera de la oficina de forma normalizada.
Esto deja a España en una posición rezagada en relación a las tendencias en las formas de trabajo. El informe ‘Agente de cambio: El futuro de la disrupción tecnológica en las empresas’, realizado por The Economist Intelligence Unit con la colaboración de RICOH, concluye que, durante los próximos años, el entorno de trabajo será cada vez más virtual. Ello será posible gracias a tecnologías móviles más seguras y a la computación en la nube, que permitirán a los trabajadores no pasar necesariamente todo su tiempo en una oficina, y aún así estar en contacto permanente con la información que necesitan y las personas con las que deben interactuar para realizar su trabajo.
Un estudio de IDC revelaba que la mayoría de directivos españoles sigue considerando que el teletrabajo no es adecuado para sus organizaciones, ya sea por el tipo de actividad que se desempeña, o directamente porque no está contemplado en las políticas de la compañía.
Este hecho contrasta con el aumento de productividad de entre el 5% y el 25% que refleja el estudio del INE entre las personas que se benefician del teletrabajo, algo que contradice los temores de los directivos. Otro dato que ofrece este estudio es que el teletrabajador dedica hasta un 11% más de horas a trabajar que el que está en la oficina convencional. El estudio de IDC complementa estas cifras concluyendo que el 44% de las compañías con políticas de trabajo flexible implantadas considera que un 10% del tiempo que sus empleados antes dedicaban a desplazarse hasta el lugar habitual de trabajo lo dedican ahora a trabajar.