Stephen Kelly ocupa el puesto de CEO de Sage desde hace casi dos años. Kelly ha pasado por España para conocer de primera mano las demandas de los partners que revenden el software de la compañía y sobre todo de las pymes que gestionan sus facturas, su stock, las nóminas, el pago de impuestos o la tesorería con los programas de la compañía, que van desde los archiconocidos ContaPlus y FacturaPlus, al Sage X3, para compañías con dimensión internacional, pasando por Sage Murano.
Además, en un encuentro con la prensa, el CEO habló de los posibles efectos del Brexit en su compañía, una firma británica, con sede central en Newcastle, y que vende sus programas de gestión en más de 20 países de todo el mundo, y sobre todo del continente europeo. Es un tema que Kelly, que no se define políticamente, vive en primera línea. Y es que el directivo carga en el bolsillo dos tarjetas de visita o business cards: la suya de Sage y otra que le acredita como embajador tecnológico del primer ministro británico, o, a partir de ahora, primera ministra.
Stephen Kelly cree que los cambios que traiga la salida del Reino Unido de la Unión Europea no van a alterar los planes de inversión y la presencia de la compañía en países como España, Portugal, Francia o Alemania. “Estamos muy tranquilos y vamos a centrar en lo que más nos debe importar: los clientes”. En todo caso, Kelly reconoce que el nivel de los debates de la campaña fue “realmente pobre y negativa” y que la voz de los pequeños negocios no fue escuchada. “No hubo debate acerca de cómo Brexit podría influir en la legislación medioambiental o de seguridad, por ejemplo. Tampoco hubo un debate de calidad acerca de los costes reales de la burocracia de Bruselas o de Westminster [sede del Gobierno británico]”, se queja.
Kelly, que reprocha a los políticos que promovieron el Brexit su retirada después del sorprendente resultado, dice que ahora es tiempo de que los nuevos líderes del país digan en alto que “el Reino Unido va a ser un socio muy activo de los países de la UE”. De hecho, según el directivo, el 44% de las exportaciones británicas van a parar a la Unión Europea. “Necesitamos tener un diálogo sensato”.
Además, Kelly le quita dramatismo a la separación y compara los peores augurios que en su momento se hicieron con el Efecto 2000 con los que ahora hacen los analistas. “Mucha gente pensó que el 1 de enero de 2000 todo se iba a desplomar, y realmente nada cambio. Todo fue muy emocional también”. Además, el CEO, que dirige la segunda compañía europea de software por volumen de ingresos (unos 1.500 millones de libras de facturación y 13.000 empleados a nivel global), sólo por detrás de SAP, cree que en el mejor de los casos las negociaciones con Europa llevarán 3 años, pero que podrían llegar a 5 o 6 años.
Centrándose en el negocio de Sage, el directivo también reconoce que, junto a la movilización de las aplicaciones de negocio, la migración al cloud es otra de las prioridades de la compañía. Según los últimos datos de Sage, ya la mitad de las soluciones que comercializa en España se ofrecen desde la nube y en modo suscripción. En todo caso, el directivo asegura que este cambio de tercio no significará en ningún caso que las compañías que opten por el sofware on-premise vayan a ser olvidadas y habla del “cliente de por vida”.
En este punto, Stephen Kelly también aborda cuál será el papel del partner en un escenario dominado por la nube y donde la tentación de vender directamente se puede imponer. Y tranquiliza a los socios, pues no cree que haya amenazas a la vista para nadie. “Nuestro modelo cloud ofrece gran cantidad de oportunidades a los partners que quieran participar en nuestro marketplace”, asegura. Y es que desde este site, un partner puede comercializar su vertical a escala mundial. Además, Kelly recomienda a los partners la especialización en mercados verticales concretos, o en zonas geográficas muy determinadas. Además, recuerda que los resellers españoles también tienen una buena oportunidad en el mercado latinoamericano.
Por su parte, Luis Pardo, el primer ejecutivo de Sage en España, y que acompañó a Kelly durante su encuentro con la prensa, también insiste en que la discusión alrededor del cloud no debe girar sólo acerca de que es un nuevo modelo de negocio, sino “una oportunidad para llegar a ser global”. “Hace 5 años, era casi imposible llevar una solución a cualquier parte y a cualquier cliente del planeta, pero ahora ya no es así”, apostilló Pardo.